Este sistema de detección presenta una complejidad considerable. Las pelotas pueden alcanzar velocidades de hasta 150 km/h, y también existen jugadas particularmente difíciles de arbitrar, conocidas como "bolas de huevo". Una "bola de huevo" se produce cuando la pelota impacta el suelo y el cristal casi simultáneamente, o en el ángulo formado por ambos. La validez del punto depende de la trayectoria posterior de la pelota:

Punto válido: Si la pelota rebota hacia arriba en un ángulo superior a 45 grados (considerando el ángulo recto entre el suelo y la pared), se considera válido, ya que el rebote principal se considera en el suelo.

Punto no válido: Si la pelota rebota más horizontalmente y hacia adelante, en un ángulo inferior a 45 grados, se considera malo, lo que indica que el impacto predominante fue en la pared del fondo y no en el suelo.

La combinación de la detección de estos escenarios complejos y las altas velocidades de la pelota convierte el desarrollo de este sistema en un desafío técnico significativo.